La práctica del Karate-Do: Beneficios mentales

Las Artes Marciales brindan una serie de beneficios para el desarrollo de la persona. No solo en lo físico, sino en el psicológico; logrando un impacto directo en lo social, lo emotivo e intelectual. La manera para elevar la autoestima a través de la defensa personal, es la excusa para un desarrollo integral.

Refuerzo de la seguridad y autoestima: los niños tienen miedo de hacer mal los katas y ejercicios de kihon, con el entrenamiento diario, apoyo de compañeros y del profesor, ira progresando con los ejercicios y avanzando de nivel.

Proporciona confianza y seguridad: El Karate enseña a fortalecer el cuerpo y permite sentirse más seguro de uno mismo. Además aporta la confianza necesaria para afrontar otros retos. Utiliza técnicas de control mental que pueden ayudar a superar debilidades.

Disciplina: el karate se caracteriza por procedimientos y normas de respeto y etiqueta, debido a su origen en el espíritu del Bushido japonés.

Respeto: tanto por uno mismo como por el profesor y sus compañeros, de no lesionar al compañero, al saludar al entrar en el dojo, el saludar al compañero para iniciar los ejercicios, saludar al profesor al inicio y fin de la clase, etc. Este respeto por no lesionar y unido a los trabajos físicos, aumentan el autocontrol tanto de su propio cuerpo como de sus propias emociones.

Ejercita la concentración: Proporciona técnicas de concentración que se pueden aplicar en la vida diaria, en los estudios, en el trabajo, en la vida privada. Enseña los secretos de la relajación y a aprovechar y optimizar la energía

Función catártica: A partir del karate, el individuo se libera de tensiones y restablece su equilibrio psíquico. Es también un medio eficaz de ocupar el tiempo de ocio.

Mejora el estado mental del individuo: El aprendizaje del Karate es progresivo y está adaptado a las limitaciones del cuerpo y la energía y enseña a administrarla. Cada persona siente cómo evoluciona de manera constante y alcanza flexibilidad, fortaleza y agilidad. Hace sentirse mejor, más activo y despierto que en la mayoría de los deportes.

Facilita el desarrollo de los más jóvenes: Este deporte es uno de los pocos que desarrolla los dos hemisferios del cuerpo en la misma proporción. Ayuda a superar cualquier tipo de miedo, proporcionándoles a todos los niños una base eficaz para un correcto desarrollo.

Muy recomendable como terapia ante algunas patologías. Así por ejemplo, se recomienda para personas con trastornos de agresividad, problemas de timidez, de lateralidad, para combatir la frustración, para facilitar las relaciones sociales…etc.

Mejora la capacidad de reacción, ante posibles agresiones, ayudando a estar más alerta, más consciente del entorno que nos rodea, y evitando en gran medida el bloqueo físico producido por el pánico

El karate es un sistema de lucha y debe prever desde la sorpresa de un ataque inesperado hasta el temor al combate y sobretodo la paralización por el pánico.

Imaginemos a un hombre bien dotado físicamente, capaz de vencer en una competición de fuerza o de fondo, enfrentado en una lucha real (no competitiva) o con un animal salvaje. Si este hombre no es capaz de concentrarse espiritualmente, la sorpresa, el temor, se revelará inmediatamente en su respiración agitada. Estos desórdenes respiratorios tienen como resultado una variación en la actividad fisiológica conducente a una agitación cada vez mayor y a una disminución de la fuerza espiritual. Sin el control de la mente sólo quedan dos alternativas: la pura violencia, con agotamiento físico rápido y mínima efectividad, o la paralización muscular por el pánico, con la imposibilidad de reacción.

El karate no es un método más para desarrollar los músculos, sino una práctica integral de las potencialidades humanas, tanto físicas como mentales. Es un intento de coordinar cuerpo y espíritu para, a través de la meditación del equilibrio emocional y de la calma interior, obtener una impasibilidad psicosomática perfecta.

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